jueves, 26 de junio de 2008

Nieve de Chepo, una "helada" tradición


Con 112 años de historia, el tradicional negocio familiar es buscado por los laguneros y por quienes visitan la región


Reportaje publicado en El Siglo de Torreón el 16 de agosto de 2003 (Foto Fortunecity)



CIUDAD LERDO, DGO.- Si no vas a la Nieve Chepo, es como si no hubieras ido a Lerdo. Eso es lo que se dice a lo largo y ancho de la Comarca Lagunera, porque el célebre estanquillo de la esquina de la Plaza Principal se ha convertido en toda una tradición, que lleva 112 años de vida.
Hay de vainilla, cajeta, nuez, coco, chocolate, limón, fresa, café, tamarindo, guayaba y mango. El secreto es su elaboración, ya que se utilizan frutas naturales y leche cien por ciento auténtica. Por esta razón, la Nieve Chepo es la preferida de los laguneros y quienes visitan la región no pueden dejar de probarla.
Juan José Morales sigue con la herencia que le dejó su padre, don José Morales, a quien le decían "Chepo". De ahí el nombre de la nevería. Ahora es el que se encarga de la fábrica que distribuye diariamente hasta 800 litros de nieve de los diferentes sabores, en las más de 27 sucursales con que cuenta este establecimiento.
Aunque cabe aclarar que sólo las neverías de la Plaza Principal y del Parque Victoria de Ciudad Lerdo son las únicas que pertenecen a la familia Morales. El resto son concesiones a particulares.
Pero la historia no comienza con don Chepo, sino que va una generación más allá. La tradición la inicia el abuelo Trinidad Morales, quien llegó en 1896 a estas tierras en busca de mejores oportunidades. Originario de Jerez, Zacatecas, recorría las calles aún sin pavimentar de la Ciudad Jardín. En su carrito llevaba dos garrafas, en las que no faltaba el sabor vainilla. El segundo sabor variaba, unas veces era de limón y otras de fresa.
En Jerez su familia se dedicaba a la elaboración de nieve de garrafa, pero el negocio no iba muy bien porque en el estado de Zacatecas el clima es regularmente frío. Pero la suerte cambió por estos rumbos. Hasta que pidió permiso a las autoridades para establecer un puesto en una de las esquinas de la plaza, la de Allende y Francisco Sarabia.
“Puso una sombra con sábanas, acomodó unas tablas y una mesa con cuatro sillas”, platica Juan José Morales. Así estuvo un tiempo, hasta que el negocio se trasladó al otro extremo, en donde está actualmente (esquina de Francisco I. Madero y Allende).
Nacía de esta manera la nevería que llevaría por nombre El Buen Gusto. Ya era un tabarete de madera, bien construido. Corría el año de 1917. Se mandaron hacer las tarjetas promocionales, que se usaban en aquel tiempo como publicidad para llegar a más gente; en ellas se detallaba el servicio especial que se ofrecía para banquetes y bailes, de nieves, refrescos y aguas frescas.
Pero como el mismo Juan José recuerda, a su abuelo -mejor conocido por la gente como el “Güero Trinidad”- poco le duró “El Buen Gusto” y es que diez años más tarde, en 1927, falleció.
Un primo hermano del difunto salió al quite con el negocio, porque el padre de Juan José, don Chepo, era todavía muy joven y no podía hacerse cargo. Fue hasta el siguiente año (1928), que tomó las riendas de la nevería a la que bautizó como Chepo, la que se volvería muy popular entre la gente de la Comarca con el paso del tiempo.

UNA ESCENA TÍPICA

A principios de la década de los 30’s, era muy común ver lo mismo a parejas de novios y matrimonios que a niños y personas mayores, sentadas en alguna de las mesitas redondas y blancas de la Nieve Chepo.
En las copas de cristal les servían la nieve de vainilla, chocolate, coco, limón o fresa, y dependiendo de la temporada, había también de guayaba, melón y mango. La copa se colocaba sobre un platito y a un lado se servía un vaso de agua natural. Esta costumbre era casi un ritual.
Don Juan José Morales comenta que en aquellas épocas los procesos todavía eran manuales: La fruta se molía en un metate, y la leche se ponía a hervir en un cazo de cobre, con leña. Hasta 1968 se compró la primera garrafa eléctrica, y a partir de ahí la tecnología jugó un papel muy importante en la elaboración, eso sí, sin perder la tradición.


LA MODERNIDAD
“Nosotros hemos seguido con la tradición del abuelo Trinidad. Todo es natural, no usamos ingredientes artificiales, ni saborizantes”, asegura Juan José Morales. Éste es el secreto del éxito de la Nieve Chepo, según dice.
A la muerte de don Chepo sus hijos Juan José, José Luis y Antonio se hicieron cargo del negocio. También la hija, Guillermina, ayudó en la tarea de continuar con el importante legado.
En 1986 el Ayuntamiento de Ciudad Lerdo les entregó la concesión para establecer una nevería en el Parque Victoria, de la que actualmente se encarga Antonio. La de la Plaza Principal es comandada por José Luis. Mientras que Juan José es el dueño de la fábrica, ubicada en la calle Zaragoza.
A partir de 1990 se empezó a distribuir Nieve Chepo a otras sucursales, como una concesión. La primera fue la de Torreón Jardín, luego la del Paseo de la Rosita y más tarde a otras colonias de Torreón, como Nueva Los Ángeles y Jacarandas; así como también a los establecimientos de la Alameda Zaragoza, Allende y Morelos.
En Gómez Palacio también hay Nieve Chepo: en la avenida Hidalgo, otra frente al Parque Morelos y en las colonias Cinco de Mayo y Filadelfia. Y llegó más allá, pues también se vende en los municipios de San Pedro y Matamoros, Coah., y en La Loma y Juan E. García, Dgo.
Comenzó en Ciudad Lerdo, pero ahora ya abarca gran parte de la Comarca Lagunera y forma parte importante de su historia, porque ha crecido a la par del desarrollo de esta región. Hasta es más antigua que la ciudad de Torreón, que recién festejó apenas su Centenario.



AL PASO DE LOS AÑOS
En 1968 la Nieve Chepo adquirió la primera garrafa eléctrica, con el tiempo fueron comprando más equipo.
-Actualmente cuenta con dos pasteurizadoras con capacidad para 110 litros, para las nieves de leche.
-Ocho licuadoras grandes que sirven para moler cinco kilos de fruta en cada una de ellas.
-Cuatro tanques de enfriamiento, en los que se puede almacenar alrededor de 200 litros de nieve.
-Cuatro garrafas eléctricas con capacidad para 20 litros, que llegan a preparar 40 litros de nieve por hora.
-Tres camionetas equipadas con termoking, para poder distribuir la nieve en las diferentes sucursales de la Comarca Lagunera.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón


Las anécdotas...
Durante muchos años, un señor viudo, ya de edad avanzada, fue cliente distinguido del local de la Plaza Principal. Llegaba hasta ahí con su perro, a quien le compraba su vaso de Nieve Chepo, todos los días era diferente el sabor que pedía. Eso lo distinguía del común de la gente.
Así lo recordó Sayra Morales, encargada de este negocio que fue el primero de la tradición familiar. Es hija de don José Luis Morales, dueño del mismo.
“Yo creo que se ha mantenido (la tradición) primero por los precios, que son bajos, y además por la calidad de la nieve, porque está hecha con la mejor materia prima. O sea, con frutas naturales de la temporada”, apunta.
Por su parte, Guillermina Morales, quien es hija del fallecido don Chepo, coincide en la razón por la que la nieve de Lerdo se ha convertido en la preferida de los laguneros: “La materia prima es de primera calidad. Por ejemplo, la de nuez lleva puros corazones de nueces, nada de basuritas, en otras partes usan sabores artificiales”.
Ella atiende por las mañanas la nevería del Parque Victoria, propiedad de su hermano Antonio. Aunque no tiene su propio negocio, Guillermina mantiene una estrecha relación con la tradición de su familia.
“Aquí vienen muchos artistas y futbolistas; el año pasado (2002) vino el pintor José Luis Cuevas, y también nos visita seguido Susana Alexander, y precisamente se acaba de ir el señor Obispo de la Prelatura de El Salto, Pueblo Nuevo, Dgo, don Manuel Mireles”.



LOS SABORES
La Nieve Chepo ofrece regularmente 11 sabores, aunque dependiendo de la temporada elaboran también de otras frutas:
-Vainilla.
-Cajeta.
-Nuez.
-Coco.
-Chocolate.
-Café.
-Limón.
-Fresa.
-Tamarindo.
-Guayaba.
-Mango.
FUENTE: Nieve Chepo

2 comentarios:

toolmaster25 dijo...

Todavía recuerdo muy bien, en el interior de el local de la plaza un estante con botellas de refrescos de varios tipos y lugares, las mesas redondas donde te podías comer una nieve de vainilla en vaso combinado con una coca ó de limón con un seven, siempre que pasaba para la función de la tarde del cine López, estaba don Chepo sentado en su banca frente al mostrador de ventas y me decía que le dijera al empleado que me diera un barquillo, ahora ya no los venden y me sentaba a comer con don Chepo mientras el cuidaba la manguera con que regaba el prado frente a la nevería, nunca me dí cuenta cuando dejó de verse por ahí, simplemente ya no lo volví a ver, luego se acabò el cine López y después cambió la imágen del local de don Chepo, eran tiempos que vale la pena recordar, había tranquilidad en Lerdo,podía uno pasar un rato sentado en las comodas bancas de madera y fierro vaciado, ahora son de estructura metálica y no tienen aquella forma que se adaptaba muy bien al contorno de la espalda, y son frías en el tiempo frío, los costos son más altos y ya no se ve a don Chepo con su camisa blanca, con las mangas alzadas, un pantalón gris y viendo a la gente que pasaba por su local de nieve. Coementario de Lic. Claudio G. Morales A., agradecido de haber conocido a don Chepo y disfrutado muchas veces de sus barquillos.

Anónimo dijo...

Hooooo :O es cierto esta genial y la nieve mmm sabe rico es mui comodo sentarse haaa disfrutar una nieve chepo haaaa ya me dieron ganas de ir