miércoles, 24 de junio de 2009

Enamorados de la danza


Qué lástima que Raúl y Sandra vayan a retirarse, según publica oportunamente La Opinión Milenio Torreón. A propósito de esa exclusiva de Karla Lobato y editada por Daniella Giacoman, traigo del baúl de los recuerdos esta entrevista que les hice en el 2003 para El Siglo de Torreón. Excelentes bailarines los dos, su lugar será difícil de ocupar...


Raúl Fernández y Sandra Bárcenas trasladan el romance del escenario a la vida real
TORREÓN, COAH.- El lago es el escenario y cómplice de una historia. Es el sitio desde el cual cazadores y cisnes contemplan una embarcación que surca las aguas llevando consigo a una mujer y a un hombre enamorados.
La magia y fantasía de El Lago de los Cisnes se hace realidad en la historia de Raúl Fernández y Sandra Bárcenas, primeros bailarines de la Compañía Nacional de Danza, quienes conjugan su vida matrimonial con el terreno profesional desde hace más de 13 años.
En entrevista esta pareja de bailarines habla acerca de sus logros, ambiciones y su percepción acerca del emblemático mundo de la danza, una de las bellas artes que atrae por la estética de sus movimientos y el ensueño de sus historias.

-¿Cómo es que les nació el gusto por danza?
Raúl: A mí yo creo que porque soy jarocho.
Sandra: A mi papá le gustaba bailar y tomé cursos de verano en los que fue impactante el contacto con la danza, y por eso nunca más la volví a dejar desde los seis años.
Raúl: Yo empecé en Torreón con el fallecido bailarín Fernando Valdés, empecé por ver de qué se trataba, pero ya estando ahí me agarró con fuerza.

-¿Qué es lo que se puede expresar a través de este arte?
Sandra: Todo porque es como un conjunto. A mí, por ejemplo, me emociona mucho la música, cuando hay historias en el ballet, el expresarte con movimientos técnicos. La verdad me satisface mucho el bailar y el sentirme libre, sentir la adrenalina con algunos pasos.
Raúl: Puedes expresar cualquier cosa por medio del cuerpo, del gesto, del movimiento que haces, acompañado de la música y de una historia.
Sandra: Además pienso que es apasionante, siento que es como una droga: una vez que estás ahí no hay manera de librarte, quieres más, no la puedes dejar. Aún y cuando el cuerpo llega a un límite, tratas de impartir clases o das ensayos, siempre con el contacto y la relación con la danza.

-A la hora de estar en un escenario, ¿qué es lo más importante? ¿La técnica o la interpretación?
Raúl: Es un conjunto. La técnica la practicamos todos los días en nuestro entrenamiento, en lo que sí nos tenemos que centrar siempre es en la interpretación de lo que estás contando, porque no puedes dar los mismos pasos en diferentes obras. Tienes que darle una interpretación entendible y creíble.
Sandra: De hecho hacemos un análisis de personajes cuando interpretamos alguna obra con historia, porque no se queda en interpretar a una niña y ya. Nos vamos un poquito más allá, estudiamos a un personaje y hacemos un análisis.
Raúl: Creo que el análisis es lo que hace la diferencia en cada obra, porque te da una mejor interpretación de, por ejemplo, Romeo y Julieta, pieza que la gente ya conoce.

-¿Cómo les avisan que ya son primeros bailarines, y de qué manera cambia su situación dentro del grupo?
Raúl: Así nada más, ya son primeros bailarines. Y en el siguiente programa aparece tu nombre.
Sandra: Tu cheque sólo aumenta como 200 pesos, casi nada, y la responsabilidad es mucho mayor. Lo que sí aumenta es la presión, antes bailábamos tal vez lo mismo, pero no teníamos el título ni la presión.
Raúl: Los maestros de la Compañía te proponen para ser primer bailarín, ven tu desarrollo, tu interés, tu capacidad, y tu trayectoria, que es la que te avala. Es una decisión unánime o por lo menos de la mayoría.

¿Es una ventaja ser pareja en la vida profesional y en la vida matrimonial?
Sandra: Para mí es una ventaja (risas), porque aunque dicen por ahí “ay que aburrido se llevan a su casa lo del trabajo”, nosotros tratamos de que no. A veces es inevitable llevarte el problema o el comentario a tu casa, pero siento que los dos nos enriquecemos. Él me corrige, yo lo corrijo, sabe mis deficiencias y me ayuda.
Raúl: Sobre todo cuando nos toca bailar juntos, nos ponemos a practicar, a ver la historia, grabamos ensayos, hacemos el análisis de personajes, que no harías si bailaras con otra persona.

¿Cómo surgió el romance entre ustedes?
Sandra: Bailando en el Lago de los Cisnes, a mí me tocaba hacer el Cisne Blanco, y a él el príncipe Sigfrido.
Sandra: Es halagador que de repente hay gente que no sabe que estamos casados, y que dice “entre ustedes hay mucho entendimiento” o “se ve una buena química”. Lo que sí es cierto es que se logra una mejor interpretación.

Además de El Lago de los Cisnes, Raúl Fernández y Sandra Bárcenas han interpretado juntos Romeo y Julieta, El Cascanueces, El Quijote, y muchas otras obras. No siempre son pareja, pero más por cuestión de programación y del gusto del director o del coreógrafo, que por falta de entendimiento o falta de química. Incluso, ganaron un premio de parejas en un concurso nacional realizado en Guadalajara.

SANDRA BÁRCENAS
*Nació en la Ciudad de México y es egresada de la Escuela Nacional de Danza Clásica.
*En 1988 ingresó a la Compañía, donde ha interpretado roles de solista en las obras El Cascanueces, El Lago de los Cisnes, Coppélia, Carmen, Romeo y Julieta y Giselle, entre otros.
*En 1993 y 1994 fue becada por el INBA para estudios de danza en Nueva York.
*Ha sido becaria ejecutante del FONCA.
*A partir de 1998 es nombrada primera bailarina de la Compañía Nacional de Danza

RAÚL FERNÁNDEZ
*Nació en Córdoba, Veracruz, aunque desde pequeño vivió en Torreón, hasta que se fue a probar suerte al Distrito Federal.
*En 1990 se graduó de la Escuela Nacional de Danza Clásica y ese mismo año trabajó para la Compañía de Ballet de Monterrey.
*En 1991 ingresó a la Compañía Nacional de Danza, donde ha interpretado los roles principales en las obras Carmina Burana, El Cascanueces, El Lago de los Cisnes, Giselle, Dionaea, Romeo y Julieta, Hoy No Circula, Esquina Bajan, entre otros.
*Ha sido becario ejecutante del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).
*A partir de 1998 es nombrado primer bailarín de la Compañía Nacional de Danza.

lunes, 1 de junio de 2009

PREMIO ESTATAL DE PERIODISMO


Gracias a esta nota publicada en El Siglo de Torreón el Lunes 24 de Noviembre gané el Premio Estatal de Periodismo 2009, en la categoría de Crónica Deportiva. Gracias a BB, gracias a Cuau y a todos!!!

BLANCO SE CARGA A LA LAGUNA
TORREÓN, COAH.- Se ve bien de verde y blanco. Pero hay quienes en la tribuna no lo olvidan de azulcrema. Como sea, la afición sabe que Cuauhtémoc Blanco es garantía de gol y buen futbol, por eso vistieron la casaca con el número nueve del Santos y uno que otro despistado del América.Y fue su tarde. Igual para el “Cuau” que para la afición. Claro que todo mundo estaba feliz por ver de nuevo a los Guerreros en una Liguilla, pero definitivamente el foco de atención, incluso mucho antes de salir a la cancha, fue el nuevo refuerzo santista para la fase final del Apertura 2008.Nadie hablaba de otra cosa que no fuera el préstamo del flamante jugador del Chicago Fire de la Major League Soccer (MLS) de Estados Unidos: Que si junto a Matías Vuoso y Daniel Ludueña serían el terror del San Luis; que si el jugador se veía contento por venir a La Laguna; que si reforzaría al equipo más allá de la Liguilla hasta abril; que si anotaría la tarde de ayer su primer gol con los de casa…Los ojos estarían puestos en el “Temo” toda la tarde, que pronto se convirtió en noche.El ánimo estaba caliente, igual que el clima que perdonó el frío que se había sentido días atrás.Desde la entrada el folleto obsequiado por la directiva santista predisponía la tarde para el ex jugador de la Selección Mexicana. Ya adentro, todos esperaban el momento en que aparecería en la cancha del Estadio Corona. Otras veces ya había estado en ella, pero defendiendo los colores del América, el Necaxa o el Veracruz. Sería la primera vez que estaría en el frente santista.Y como todo un “Guerrero Blanco” apareció por primera vez. Todavía en pants, Alejandro Irraragori lo llevó hasta la media cancha para que la afición le diera la bienvenida como se merece. Tímido al inicio, Blanco alzo los brazos en señal de agradecimiento y como si fuera una promesa de entrega total. La empatía fluyo natural de un lado y del otro de principio a fin, tal cual si hubiera jugado durante todo el torneo en Torreón.Al momento de salir del “gusano” ya con la casaca de local, “Cuau” se vio como uno más. Fue el sexto en saltar a la cancha, ante la aclamación unánime. Ahora los gritos no fueron tan fuertes como de costumbre para Matías Vuoso o Iván “El Guti” Estrada, cuando el sonido local anunció la alineación. Todos esperaban un solo nombre y lo aguantaron hasta el final. “Y con el número nueve… Cuauhtémoc Blanco”. El Corona se le entregó sin dudar.Se dio tiempo para saludar a su antiguo técnico Raúl Arias -a quien ahora le tocaría enfrentar- lo mismo que a la tripleta arbitral. Y se vio muy dispuesto a la hora de encabezar la manta de apoyo para Christian Benítez, el atacante que entró a suplir por lesión.Afición santista y americanista se unieron por el “Cuau”. En el círculo central, se colocó junto al “Mati” para esperar el silbatazo inicial del árbitro. Vuoso le dio su primer pase del juego, el primero también con el Santos Laguna. Antes del minuto cinco ya había conseguido también el primer tiro de esquina.El segundo toque lo consiguió vía Juan Pablo “Chato” Rodríguez y así le siguieron muchos más, todos aplaudidos sin parar por la multitud, que igualmente abucheó cada una de las entradas que recibió el nueve de parte de la defensa potosina.Y es que el “Temo” demostró porqué la directiva albiverde puso sus ojos en él. Peleó cada pelota, repartió pases de “taquito”, cobró tiros libres, consiguió tiros de esquina, presionó desde la salida del portero de los Gladiadores -el otrora santista Adrián Martínez-, celebró junto a sus compañeros los tres goles conseguidos y hasta dio el pase para el segundo tanto de los albiverdes para el “Hachita” Ludueña.Voluntarioso, participativo, entusiasta. Así fue Cuauhtémoc en la cancha del Corona, por eso nadie podía creer cuando diez minutos antes de que acabara el encuentro se perfiló para afuera del terreno de juego. Imposible que saliera de cambio. “Cuau” pensó que era él quien sería sustituido al ver en la pizarra electrónica del árbitro suplente el número diez, pero no recordaba que ahora con los Santos vestía el nueve. Entonces se quedó hasta el final del partido, que concluyó con la ovación de pie por parte de los aficionados Guerreros. Lo único que faltó fue su gol, después de los tres en que mucho contribuyó. Pero después de todo no hay duda: De verdad que a Cuauhtémoc Blanco el verde y blanco le sienta bien.