lunes, 24 de mayo de 2010

Sienten lo que es amar a Dios en tierra de Santos

Con apenas seis meses de historia, el nuevo Corona vive su primera final

Nota publicada el 20 de mayo de 2010 en El Siglo de Torreón


TORREÓN, COAH.- La primera final cardíaca en el Territorio Santos Modelo. Al grito de “sí se puede, sí se puede”, el “Diablo” sintió lo que es amar a Dios en tierra de “Santos”.
Empate a dos, pero a la afición guerrera le sabe a triunfo luego de ver la entrega, la garra, el coraje y la pasión en cada toque, en cada pase, en cada intento.
El rugir del nuevo estadio caló dentro. Seis meses y ocho días pasaron para que el Corona fuera testigo de su primera final.
Todavía hay pedazos de plástico en algunos asientos. Todavía huele a nuevo en algunas zonas. Todavía no se acaban de acoplar los vendedores. Todavía se hacen largas filas a la entrada. Todo es tan nuevo aún, pero el nuevo Corona ya puede presumir de lo que muchos otros inmuebles se tardan años.
Y para una gran final, en especial la primera, todo impecable. El pasto, la iluminación, el servicio, la organización y, por supuesto, la afición.
No podía faltar el invitado especial: el gol, que en esta ocasión cayó cuatro veces. Pero el que pasa a la historia por ser el primero en la primera final, el remate de Darwin Quintero, en una extraordinaria jugada fabricada por Fernando Arce y José María Cárdenas. Y fue en la primera ocasión que tuvo la pelota Santos y en la primera que la metió.
Después de ese minuto 13, el ambiente se encendió. Apareció la primera ola y el primer “olé, olé, olé”. Los pañuelos blancos desde el principio ondearon sin parar, mientras la afición seguía de cerca cada movimiento de los Guerreros.
El primer abucheo de la noche se lo llevó Héctor Mancilla, en una falta sobre Oribe “el Cepillo” Peralta que no fue marcada por Marco Antonio Rodríguez. Mientras que la primera tarjeta amarilla del encuentro fue para José María Cruzalta, en artera entrada que no perdonó el árbitro.
Pero llegó el primer gol en contra, el de Diego Novaretti, después del tiro de esquina cobrado por Antonio Naelson “Sinha”.
Oswaldo Sánchez fue el protagonista del primer “paradón”, cuando detuvo el incontenible tiro de Mancilla al minuto 40.
Para la segunda parte vino el segundo gol en contra vía “Sinha”, pero posteriormente y luego de intentarlo una y otra vez, llegó el empate, con el que se cerró el primer capítulo de la primera final en el nuevo Estadio Corona.
Antes de que Marco Antonio Rodríguez pitara el final, expulsó al zaguero mexiquense Manuel de la Torre, luego de una fuerte entrada sobre Fernando Arce.
A tambor batiente, la afición verdiblanca despidió a sus Guerreros del terreno de juego, a sabiendas de que el compromiso del domingo no será fácil, pero con la convicción de que si juegan con la misma determinación el título del Torneo Bicentenario 2010 puede venirse a la Comarca.


Y el tráfico sigue igual
Todo impecable para la final, pero las vías de acceso al Territorio Santos Modelo (TSM) siguen sin darse abasto.
Media hora, 40 minutos y hasta una hora se tardaban en llegar los aficionados, desesperados primero por el calor y después porque la fila no avanzaba nada.
Ni por la carretera Torreón-San Pedro, ni por la lateral a la Universidad Iberoamericana, la única vía más despejada era la antigua carretera a San Pedro, pero de cualquier modo no se daba abasto ante la llegada de 30 mil aficionados. Eso sin contar los automóviles y camiones que no tenían como destino final el TSM.
A 25 minutos de que empezara la gran final, el Estadio Corona lucía apenas a la mitad de su capacidad. Hasta 10 minutos después de que pitó el árbitro, continuaba la llegada de los aficionados santistas.

No hay comentarios: