viernes, 14 de noviembre de 2008

Tradición que no muere


Cada dos de noviembre México venera a sus muertos de una forma única, en una celebración que reúne las costumbres prehispánicas y la herencia religiosa española
(Fotografía Cristina Carrillo)



TORREÓN, COAH.- México se ríe de la muerte, pero al mismo tiempo le rinde culto como una forma de respeto, en medio de una colorida fiesta que año con año se celebra el 2 de noviembre.
La tradición prehispánica y la herencia religiosa española se funden en un ritual con el que los mexicanos veneran el recuerdo de sus difuntos, festividad que ya es considerada como Patrimonio Intangible de la Humanidad.
Y se ríe con las Calaveras, los versos cómicos que se dedican a personajes de la vida política, social y cultural del país, al igual que con las caricaturas que se elaboran para la fecha; pero también llora al recordar cómo era su ser querido, mientras coloca su comida y sus objetos favoritos en el altar de muertos.
Precisamente el altar es uno de los elementos más significativos del Día de Muertos, con más arraigo en el sur que en la parte norte del país. Lo que sí comparten ambos territorios es la visita al panteón para llevar flores y “pasar” el día con sus difuntos.
El altar debe tener 7 escalones, que representan los niveles que debe enfrentar un alma para poder descansar. En el primero se pone la foto del santo o virgen de la devoción. El segundo está dedicado a las ánimas del purgatorio. En el tercero se pone la sal para los niños del purgatorio. En el cuarto va el pan de muerto. En el quinto se pone la comida y la fruta que fueron los preferidos del difunto. En el sexto se pone la foto del difunto a quien se dedica el altar. Y en el séptimo se pone la cruz de un rosario hecho de tejocote y limas.

TABLA
PONGA SU ALTAR
En su altar de muertos no olvide:
-Velas, que representan la ascensión del espíritu y la luz que guía el camino.
-Cadenas de papel morado y amarillo, que significan la unión entre la vida y la muerte.
-Papel picado, que da la alegría de vivir.
-Las flores que son la bienvenida para el alma: la flor blanca representa el cielo, la flor amarilla, la tierra y la morada el luto.
-Incienso de copal cuyo humo simboliza el paso de la vida a la muerte.
-Las frutas son la ofrenda que nos brinda la naturaleza.
-Las calaveras de azúcar que son una costumbre indígena.
-El agua que da vida y energía para el camino.
-Los platillos con los que se trata de agradar el difunto.
-Fotografía de la persona a quien se dedica el tributo.
-Un Cristo para que haya bendiciones.
-Una cruz de cal que simboliza los 4 puntos cardinales.
-Sal para que el cuerpo no se corrompa.
-Un camino desde la puerta de la entrada hasta el altar formado con flor de cempasúchil.
-Una vara para liberar al muerto del demonio y los malos espíritus.
-Objetos personales del difunto.

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